El pasado jueves 13 de Marzo, el orden del día del pleno ordinario de la Junta Municipal de Distrito reflejaba en su punto nº 12 una interesante pregunta del Grupo Municipal Socialista que reproducimos a continuación:
Pregunta n.º 2025/0317580, presentada por el Grupo Municipal Socialista de Madrid: “¿Qué opinión tiene el concejal sobre la cantidad de familias sin opción de colegio público y sin posibilidades económicas de pagar el concertado en el barrio de El Cañaveral?”.
Pero lo que deja entrever esta pregunta es lo siguiente: ¿Qué alternativa tienen las familias que no tienen plaza en el Colegio Público y no tienen capacidad económica para afrontar las “aportaciones voluntarias” del nuevo centro concertado del Grupo Humanitas? Y es que esta pregunta se la llevan haciendo los vecinos y vecinas de El Cañaveral desde hace mucho tiempo.
La respuesta de nuestro Concejal Presidente a una y otra pregunta fue la siguiente: Silencio.
El dato es claro: Más de 1.500 niños y niñas en edad de Primaria cuya única alternativa de hacerlo en el barrio desde este curso es pagarse el concertado, quien pueda y quiera. Y decimos quien quiera porque además del condicionante económico, las familias también tienen que estar de acuerdo con el proyecto educativo y valores que promueve este grupo tales como “La potenciación de los valores tradicionales de la cultura occidental muchos de ellos de raíz claramente cristiana, aunque con un espíritu abierto que garantice a las familias y/o a los alumnos la posibilidad de elegir entre la asignatura de religión católica o unas clases alternativas en las que se propone la transmisión de valores desde una perspectiva no confesional.” (gracias por dejarlos elegir) o la tan manida actualmente “Cultura del esfuerzo”, esa cultura en la que si te esfuerzas llegaras a donde quieras y conseguirás tus metas; donde montarás una pequeña empresa que llegará a ser referencia mundial desde una pequeña localidad en el norte del país.
El peligro de la cultura del esfuerzo es que si los medios económicos o sociales no te acompañan te hacen sentir que no vales para esta sociedad cada vez más excluyente y competitiva, en la que te venden que ser el segundo es ser un fracasado. Cabe destacar que los que más promueven esta cultura del esfuerzo son los que más practican la cultura del almuerzo. Consejos vendo…
La respuesta que usted no dio, Sr. Ramos, es clara y concisa. Si usted no tiene medios, búsquese la vida, sálvese quien pueda. Y es que es su modelo. Si tienes medios, adelante, y sino, te quedas fuera del tablero.
La consecuencia de todo esto, el objetivo final, es segregar. Aquellos alumnos que vayan al concertado crecerán y se desarrollarán en su barrio, con muchos de sus vecinos e irán desarrollando poco a poco ese sentimiento tan venenoso y perverso de la clase media aspiracional. Los que no puedan, no tendrán más remedio que irse a otros barrios, distritos o localidades a cursar sus estudios perdiendo en muchos casos ese sentimiento de pertenencia. Divide y vencerás.
Por último, recordemos que la renta per cápita de El Cañaveral se sitúa entre 14.000 y 15.000 euros, muy lejos de las rentas de aquellos otros barrios con los que los dirigentes les pretenden comparar. El Cañaveral no es Retiro, Salamanca o Montecarmelo. El Cañaveral es un barrio de clase trabajadora en el que la estrategia de marketing neoliberal funciona a pleno rendimiento, anulando el sentido crítico en favor la autocomplacencia y el sentimiento de “ser más que”. Y por supuesto esto no es culpa de los vecinos, es culpa de quien diseña cómo y de qué manera son y serán nuestros barrios. Como deja claro el libro La España de las piscinas de Jorge Dioni, el urbanismo crea ideología.
Ante tanta oscuridad, parece que ciertos sectores del tejido asociativo del barrio comienzan a moverse en busca de soluciones. Valientes ellos de pelear en un barrio tan difícil como este en estos temas de la movilización social, y admirable su capacidad de, granito a granito, comenzar a mover el árbol (si es que queda alguno sano) y agitar las conciencias de los habitantes de El Cañaveral.
El Cañaveral, a pesar de su silencio, Sr. Ramos, necesita dotaciones públicas suficientes para una población que no para de crecer y que, como consecuencia (¿premeditada?), tendrán que “emigrar” a otros lugares para dar salida a las necesidades escolares de sus hijos ya que sus padres no se esforzaron lo suficiente en su día.

me parece una estupenda reflexión. un día el Sr. Ramos me dijo que había dos colegios en marcha..el concertado y el público.le dije quién puede pagar el concertado?Su respuesta fue. SI LOS CONCERTADOS .es GRATUITO. menuda cara c.
Es obligación de las autoridades atender los derechos de los ciudadanos. No les da vergüenza mantener esta situación de claro ataque a las clases trabajadoras? No les da vergüenza porque no la tienen, Sr. Ramos y «señores» del P.P.
Vecinos, exijamos que se cumpla la Constitución Española: «La enseñanza básica es obligatoria y gratuita. Los poderes públicos garantizan el derecho de todos a la educación, mediante (…) la creación de centros docentes.»